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Culturas olvidadas del Ecuador

Los Taromenane y su turbulenta historia por sobrellevar una vida tradicional en el siglo XXI

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Melissa Erazo
  • Amazonía - Ecuador

Los Taromenane son un grupo indígena, presuntamente descendientes de los Huaorani, que vive en las zonas más profundas de la región amazónica del Ecuador; actualmente no se ha establecido un contacto directo, ni se tienen mayor conocimiento de los integrantes de la etnia a excepción de algunas fotografías aéreas, rastreos satelitales y testimonios de eventuales contactos distantes, que se conocieron tras los esfuerzos del Gobierno Nacional, por comprobar y proteger su existencia respecto de algunos conflictos que amenazan la integridad de esta particular cultura.

El Ecuador es un país unitario, intercultural y plurinacional, como ha sido reconocido en la última Constitución vigente, y uno de los factores que ha hecho al país merecedor de esta denominación, es la gran variedad cultural reflejada en sus etnias y nacionalidades, que a manera de un rompecabezas, constituyen al país y lo vuelven único. El reconocimiento de estas características extraordinarias, ha tenido un especial desarrollo en los últimos años, con varias leyes y proyectos que promueven el valor de esta interculturalidad.

Sin embargo, si bien muchas han sido las culturas que sobresalen en este proceso, algunas siguen tras el telón de la desconfianza que el mundo moderno les genera, una de ellas son los Taromenane: una de las dos culturas conocidas en el país, que vive en aislamiento voluntario en la selva Amazónica, en la zona protegida del Parque Nacional Yasuní.

EN 1999, EL ESTADO ECUATORIANO DECLARA POR PRIMERA OCASIÓN COMO ZONA INTANGIBLE DE CONSERVACIÓN A 700.000 HECTÁREAS DE LAS PROVINCIAS DE ORELLANA Y PASTAZA. LA DECISIÓN BUSCABA PROTEGER A LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS QUE ESTÁN EN AISLAMIENTO VOLUNTARIO.

  • Pueblo en aislamiento voluntario
  • En caso de incursiones anticipan ataques violentos
  • El Estado ecuatoriano debe proteger a los Taromenane y Tagaeri

Su origen es precolombino y al igual que el de sus predecesores los Huaorani, se basa únicamente en especulaciones sobre una migración, inicialmente desde Brasil, hacia los territorios de la selva Amazónica del Ecuador. Se cree que llegaron aquí con los Huaorani, pero que debido a conflictos internos se deslindaron desconociendo su ascendencia y negando todo contacto con ellos y el resto del mundo para vivir en el territorio que consideraban como propio de su desarrollo cultural, con el fin de mantener sus tradiciones ancestrales, sin contacto con los gobiernos y apartados de cualquier orden que signifique interferir en su forma de vida.

Especulaciones y leyendas contadas por sus predecesores dan cuenta de que los Taromenane herededaron las tradiciones y costumbres de los Huaorani.

Separación de los Huaorani

La separación de los Huaorani se da a partir de la aculturación de la que fue parte el grupo étnico entre 1950 y 1960, cuando un grupo de evangelizadores estadounidenses entró en territorios de la selva virgen, con la intención de civilizar, educar y trasladar a zonas sedentarias al pueblo Huaorani y usar los territorios que habitaban para la explotación petrolera.

Se sabe que los evangelizadores intentaron hacer contacto con éste y otro pueblo no contactado de los Huaorani denominado Tagaeri; sin embargo, los resultados fueron devastadores, ya que los 2 misioneros, Alejandro Labaka y la madre Inés Arango fueron hallados asesinados con múltiples heridas de lanza en el territorio central donde se cree habitan estas culturas. Debido a ello, muy pocas personas han intentado hacer contacto con estos pueblos, pues como menciona la activista española, Guadalupe Rodríguez, de ellos solo se conoce que no desean ser molestados en su territorio y que cualquiera que irrumpa en él, será atacado a muerte; una afirmación severa que ha impedido el ingreso de empresas de explotación petrolera en el territorio.

En 1999 y a propósito de la muerte del misionero Labaka, se estableció la “Zona Intangible Tagaeri – Taromenane” (ZITT) que por decreto presidencial abarca aproximadamente 818.501 hectáreas de la zona sur del Parque Yasuní, entre los ríos Yasuní y Curaray donde se cree habitan los Taromenane. Su ubicación exacta no se ha podido determinar, pues como se menciona en un artículo de National Geographic, llevan una vida seminómada basada en la caza, recolección de los recursos de la selva y, en menor medida, la pesca e intercambio comercial entre comunidades, lo que se podría denominar una economía de subsistencia.

Se sabe también que practican la agricultura en chagras que se abren en el bosque, pero ésta es sumamente incipiente, obteniendo únicamente productos como la yuca y el plátano, al agotar los recursos de un lugar se trasladan a otro, lo cual confirmaría la idea de que la agricultura no es una actividad esencial para los Taromenane.


Se sabe también que dentro de su cultura han desarrollado un idioma propio, variación del Huaorani, el cual por sí solo no tiene parentesco alguno o afinidad con otra lengua sudamericana, lo que da a entender que intentar interactuar con los Taromenane en su dialecto sería aún más complicado de lo que fue con sus antecesores, esta variación lingüística es un dialecto similar, con palabras que se reconocen, pero que no se entienden entre sí menciona Milagros Aguirre, directora de la Fundación Alejandro Labaka, defensora de los derechos de los pueblos indígenas no contactados de la Amazonía ecuatoriana. Por otro lado se conoce de su organización y forma de vida, según National Geographic, que “habitan en chozas de materiales vegetales, en grupos familiares de entre 20 y 50 integrantes”, todo esto bajo su propia ley, justicia y al mando de los pikenanis o jefes de familia en Huaorani.

Zona intangible en la Amazonía ecuatoriana.

Su vestimenta está compuesta por prendas simples, procedentes de material de la selva: los hombres utilizaban una prenda de algodón de “bobeca” llamada “gumi” o “come”, las mujeres y los niños la misma ropa pero más fina, colocada alrededor de la ingle; en algunas ocasiones las chicas usaban unas hojas suaves como bikini. Al parecer comparten tradiciones con los Huaorani, como la Fiesta de la yuca que convocaba a la cosecha, en ella se comparten alimentos y una celebración con música y canto, a más de ella se cree también han conservado rituales familiares y la trasmisión de la herencia ancestral por medio de la tradición oral.

"Los esfuerzos que el Estado pueda hacer en favor de garantizar la supervivencia de estos pueblos en aislamiento voluntario serán fundamentales para la preservación del una civilización que ya es patrimonio".

Manuel Montúfar
  • Director de Cotopaxi Magazine

Actualmente los Taromenane, son aún un grupo étnico desconocido de nuestra Amazonía ecuatoriana, todo lo que se sabe sobre ellos se basa en relatos inverosímiles y prejuicios de los Huaorani, con quienes conviven en enemistad desde hace varios años. Ellos los describen como “guerreros tan rápidos como el jaguar y con unas armas precisas y muy grandes” según un reportaje de “La Hora”. Algunos investigadores estiman que existen de 150 a 300 Taromenanes, mientras otros creen que no superan los 100 y están en constante descenso, debido a la presión constante que la urbanización y los intereses comerciales de evangelización, comercio de madera, extracción de recursos naturales no renovables, el turismo y la investigación científica, ejercen sobre estos pueblos.


Ha sido mucha la controversia en los últimos años alrededor de su existencia, pues acorralados por empresas petroleras, madereras y su antagonismo con los Huaorani, han sido protagonistas y víctimas de violentos ataques. Algunos de los cuales han sido bastante notorios como en 2003, cuando más de 20 Taromenane fueron asesinados por un grupo Huaorani, los cuales según una nota de “El Universo” justificaron la matanza como una venganza por los ataques que vivían.


Otro caso bastante conocido se dio en 2006, cuando cerca de 30 indígenas aislados fueron asesinados en un enfrentamiento con madereros, ante lo cual incluso funcionarios del Gobierno mencionaron que “no se encontraron huellas del enfrentamiento”. Finalmente, uno de los más polémicos fue en 2013, cuando como venganza por un ataque, Huaoranis asesinaron a un grupo de Taromenane y secuestraron a 2 niñas en el acto. Algunos de estos casos, ya se han puesto a disposición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo que en 2020 dictó algunas recomendaciones a cerca de la indagación, prevención y protección de estos pueblos aislados voluntariamente en la Amazonía ecuatoriana, pero mucho se ha cuestionado sobre las acciones que realmente el Estado pueda realizar en defensa de los Taromenane, pues lo remoto e inhóspito de su contacto, son un obstáculo muy grande.


Pese a cualquier obstáculo, es fundamental buscar la preservación de una cultura, que resulta impresionante haya podido mantenerse en medio de la aplastante globalización y deforestación de la cual sufre el Ecuador desde hace unos años, la presión de la crisis económica y el cerco de la civilización, no dejarán de presionar por el desalojo de estas zonas para ser explotadas, como ya ha sucedido tantas veces antes.


El que estas culturas voluntariamente recluidas, abandonen su aislamiento, no solo es poco probable, sino poco factible, pues se ha visto que la aculturización de sus antecesores los Huaorani, ha sido perjudicial para ésta cultura, pues la mayoría de sus miembros, actualmente no alcanzan si quiera la clase media y dependen injustamente de empresas petroleras y no gubernamentales, no obstante, el aislamiento se hace más complejo cada vez, “Ya no hay comida, las aguas de sus ríos bajan contaminadas, la cacería es cada vez más escasa y las amenazas del mundo circundante deben ser para ellos terribles” menciona Aguirre, por lo que su permanencia es cuestionable, pero evitable si el Estado ecuatoriano pone sus esfuerzos en cambiar esta situación. Como ecuatorianos es imposible ignorar toda la diversidad cultural en la que estamos inmersos, pero también tenemos la responsabilidad de tomar conciencia y desde nuestras posiciones de poder ciudadano, luchar por mantener esa autenticidad, que nuestras necesidades y la industrialización, perturban; permitiendo a los Taromenane y cualquier cultura ancestral, evolucionar a su ritmo, manteniendo viva la increíble memoria de lo que un día fueron, los habitantes de nuestro Ecuador.

Cultura Huaorani posiblemente vinculada a los Taromenane

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ültimos comentarios

Gran reportaje estimados amigos de Cotopaxi Magazine, felicitaciones.

Este patrimonio debe ser concervado y valorado por todo el Ecuador.

Devo visitar este lugar con mi familia. Pronto lo haré.

Gracias por relatar contenido de valor para la cultura, arte y educación.

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